Ayer cumplí años, nada más y nada menos que 35. Días antes me sentía mal, pensaba que acabaría siendo un dia nefasto, lamentándome de los malos momentos que hemos vivido este último año y de los largos meses que nos quedan hasta poder viajar a Etiopía.
Para mi sorpresa, fue todo lo contrario. Empezó sonando el teléfono a las 6 de la mañana, era un sms de Merche, deseándome un feliz día de cumpleaños. A las 8 llamó mi madre y también hablé con mi hermano y mi sobrino Ramón. Como cada dia, desperté a Bruno y lo primero que salió de su boca fue "felicidades cariño". Así empezó el día, pero continuó con muchisimos mensajes al móvil y en facebook. Astrid hace poco que ha sido mama y me envió un email con la foto del pequeño Bruno y sobre su cuerpecito, un folio que ponía "PER MOLTS ANYS" en rojo. Un libro de las pirámides de Egipto que me regaló Carina (¡estoy deseando hacer ese viaje con Bruno, Sergio y Carina!). Un vídeo de youtube de Manel con los componentes del famoso grupo Parchís cantando el cumpleaños feliz. Mis sobrinos cantándome por teléfono el cumpleaños feliz, un email de la Ecai informándonos que nuestros papeles ya estaban legalizados en Catalunya...
Hoy, en un curso de trabajo, nos han preguntado por los dos mejores momentos de ayer, sin duda el mejor momento fue cuando Bruno me entregó una cartulina con un escrito que había hecho para mí. Tengo muchisima suerte de estar con él, es inteligente, noble, con una gran inteligencia emocional, paciente, reflexivo, con una insaciable sed de conocimiento, siempre tiene las palabras perfectas para hacerte sentir bien y un laaargo etcétera... y por si fuera poco, es guapísimo!! Que voy a decir yo.. jeje..
El próximo domingo vedrán a casa mi hermano, mi cuñada, los niños y mi madre y celebraremos en familia mi cumpleaños.
Conclusión: no tenía una gran expectativa, pero fue un gran día, sólo faltaba algo para ser perfecto, bueno, mejor dicho, alguien.. EL o ELLA, esa personanita que está permanentemente en nuestros pensamientos, que por pasajeros que sean a veces por la inercia del día a día, van calando y calando y hace que ya no nos podamos imaginar nuestro futuro sin él o ella.
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